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LIBERALISMO Y CONSERVADURISMO

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¿Qué es la libertad? : 
La base del liberalismo es la conquista de la libertad del individuo. Y esa libertad fue definida a partir de la ausencia de coacción. En este despertar de la humanidad de su largo sometimiento a un pensamiento y a una moral única e impuesta coactivamente, los filósofos liberales vieron, ante todo, la libertad en su aspecto «defensivo» frente al poder del Estado o la i9 pero pronto advirtieron que esa libertad no puede ser pasiva, sino que daba lugar a una actuación, surge así la segunda forma de la libertad como posibilidad de participación en la vida política, en la investigación científica, en la actividad económica.
EL LIBERALISMO 
 El liberalismo es una filosofía política orientada hacia la salvaguardia de la libertad del individuo, justificación última de la sociedad política. Esta libertad individual no puede depender de la decisión exclusiva del rey, que tendría la facultad de revocarla; el titular último del poder es el pueblo. El poder popular, o la soberanía nacional, que es la expresión utilizada, implica la limitación de las facultades de los reyes, mediante constituciones, en las cuales se consignan las garantías de los ciudadanos y la división de los poderes, que nunca deben estar concentrados.
En 1830 Thiers, en un articulo famoso, formula el principio de que el rey reina, pero no gobierna. El derecho a legislar corresponde únicamente a los parlamentos y los ciudadanos no están obligados a cumplir más que lo que las leyes disponen, conforme a la interpretación que de ellas hacen jueces independientes.
Como doctrina, el liberalismo nació en Inglaterra, en la revolución de 1688, y no dejó de evolucionar y enriquecerse en contenido teórico hasta el Acta de Reforma de 1867, que amplió decisivamente la base electoral. La ilustración es todo un símbolo, porque no se deciden ya las grandes cuestiones políticas en los salones de los palacios o en las cámaras reales sino que se debaten en los parlamentos. Y quienes se sientan en ellos deben su poder a una decisión libre de los votantes. Por otra parte los debates parlamentarios exigen a los oradores que previamente estudien las cuestiones, reúnan datos estadísticos, lean la correspondencia que les remiten los ciudadanos. Con toda justicia puede afirmarse que en el Parlamento de Londres nació la democracia contemporánea.
Los ciudadanos no constituyen un conjunto homogéneo sino que se agrupan en partidos, cuyos líderes pueden acceder, tras el resultado de las elecciones, a los parlamentos. Los pueblos continentales poseían escasa experiencia del funcionamiento de los partidos, para los que en principio sólo encontraban un antecedente en el funcionamiento de los clubs de la Revolución Francesa, pero pronto se forjaron estos grupos de orientaciones divergentes —reaccionarios, moderados, independientes, revolucionarios— que convierten la vida política en un juego de tensiones, propaganda y sucesión de programas y gestiones de gobierno. Con el mismo propósito de impedir concentraciones de poder postula el liberalismo las autonomías provinciales y municipales, en merma de la jurisdicción de los poderes centrales
Finalmente la libertad del individuo está garantizada, frente a cualquier abuso, por una serie de derechos que regulan todos los códigos; integridad personal y familiar, libertad religiosa y de industria, protección de la propiedad. Y un derecho imprescindible de tipo social, libertad de prensa, proclama de todas las revoluciones, porque sólo mediante la concurrencia de una prensa libre se pueden expresar los partidos y decidir en elecciones los ciudadanos entre las varias opciones que se les ofrece.
Un texto de Benjamín Constant, de su obra De la libertad de los antiguos comparada a la de los modernos, ofrece uno de los resúmenes más claros de lo que es el liberalismo político: “La libertad es el derecho que cada uno tiene a estar sometido sólo a las leyes, de no ser detenido, encarcelado ni condenado a muerte o molestado, en cualquier forma que sea, por el capricho de uno o más individuos. Es el derecho que todos tienen a expresar su opinión, a seguir sus inclinaciones, a trasladarse de un lugar a otro, a asociarse. Es, finalmente, el derecho a influir sobre la marcha del Estado, bien sea nombrando todos o parte de los funcionarios, bien aconsejando o preguntando, o mediante las peticiones que la autoridad esté más o menos en la obligación de tomar en consideración”.
Otra manera de restringir el poder estriba en limitar su actuación al campo estricto de la política, postulando su no intervención en las actividades económicas y sociales; es la doctrina del laissez faire, laissez passer. Nos encontramos aquí con una de las insuficiencias del liberalismo, cuya concepción del Estado-gendarme, que sólo interviene en los casos de flagrante delito, centra sus funciones en el mantenimiento de la libertad individual y descuida el ámbito de la justicia social.
El liberalismo aparecerá así como un movimiento inoperante para enfrentarse a las contradicciones y problemas de la Revolución Industrial —otras ideologías más revolucionarias surgen como banderas ante los problemas sociales— y por otra parte, por su negación de la soberanía real y su exigencia de consignar en textos escritos los derechos ciudadanos, es considerado como ideología subversiva por los monarcas de la Restauración.
El liberalismo comporta la destrucción del antiguo orden político, en este sentido es revolucionario; despreocupado de las estructuras sociales se convierte en ideología de una clase, la burguesía, en este sentido es conservador. René Remond ha reflejado esta ambivalencia:
“Una vez y otra, revolucionario y conservador, subversivo y conformista. Los mismos hombres pasarán de la oposición al poder, los mismos partidos del combate contra el régimen a la defensa de las instituciones."
El temor a la revolución social inclina a los liberales a interpretar en sentido restrictivo la soberanía nacional, con la negación del sufragio universal; sólo poseen derecho de voto los grupos con un determinado nivel de riqueza o de cultura, la burguesía del dinero y del talento. Constitución escrita, monarquía limitada, elecciones y partidos políticos, sufragio censatario, descentralización, igualdad jurídica y desigualdad social son rasgos que perfilan las sociedades políticas del liberalismo europeo.
Ideas del Liberalismo:
Interpreta la naturaleza humana y supone que con mayores cuotas de libertades se alcanzan mayores niveles de prosperidad.
El hombre obtiene mas beneficio haciendo lo que se le plaza, que sometiéndolo para que haga lo que a otros les place.
El ejercicio de la libertad individual es el camino ideal para el bienestar del individuo.
Las relaciones entre los individuos deben ser controladas y regidas por una norma nacional, la Constitución, que garantizara los derechos toda la sociedad.
Cada individuo es responsable de sus actos deberá respetar los derechos de sus semejantes.
Todos los hombres nacen libres e iguales ante la ley.
La tolerancia y la razón son los pilares fundamentales de la ideología liberal.
El individuo buscando su progreso individual, (usando su libertad, talento y conocimiento) ira formando una sociedad mejor.
La religión es una convicción personal y nada tiene que ver con el estado, se puede creer o no en Dios, pero igualmente se es un buen ciudadano.
Se deben liberar todas las fuerza creativas de la sociedad, la cual se ira construyendo de manera positiva, mejorando día a día.
En lo político defienden la separación de los poderes , la soberanía nacional y el sufragio universal.
Fuentes:
Historia del Mundo Contemporáneo Cronos A. Fernández
Las Ideologías en el Siglo XXI Ignacio Massun
Enciclopedia Wikipedia
Individualismo. El liberal toma al individuo como realidad fundamental de la vida en sociedad. Todo en la vida social ha de ser reducible a las acciones y planes de los individuos y a sus consecuencias inesperadas.

Derechos individuales. Consisten en los derechos humanos en sentido estricto, que idealmente se definen como el derecho de propiedad sobre la propia persona y sobre los bienes y recursos con los que ella cuenta. Su ejercicio excluye la violencia, la coacción y el engaño.

Dignidad del trabajo. Las personas se dignifican aplicando su ingenio, su inventiva, su esfuerzo, su ahorro e inversión a mejorar su condición y la de su familia. El Estado no debe favorecer la búsqueda de rentas públicas, discriminar con sus impuestos a los más afortunados ni fomentar la corrupción del Estado de Bienestar.

Orden espontáneo. Las sociedades humanas se armonizan en el marco de la ley, sin que nadie las organice centralmente. Ello ocurre como si las guiara una mano escondida, movida por los acuerdos de intercambio voluntario de bienes y servicios que toman los individuos. Esos acuerdos son en mutuo beneficio precisamente porque los intereses de unos y otros no coinciden.

Soberanía de la ley. No basta con proclamar el "Estado de Derecho", en el que la legislación acordada por mayoría y promulgada formalmente puede imponer lo que quieran quienes detenten el poder político. La soberanía de la ley es algo más. Es la obediencia a una Constitución acordada unánimemente, que protege la vida, la persona y las propiedades de los individuos y permite acuerdos comunales cuando los ciudadanos los consideren en beneficio de todos.

Igualdad ante la ley. La ley no puede hacer distingos por motivos de sexo, religión, raza o jerarquía. No son aceptables la discriminación positiva ni la igualación artificial de oportunidades –que son cosa distinta de la carrera abierta para todos los talentos.

Mercado libre. En un marco de competencia suficiente, el libre mercado no sólo fomenta la riqueza de todos, sino que es un poderoso baluarte de las libertades individuales. El Estado no debe, pues, intervenir precios, intereses ni alquileres; tampoco debe prohibir contratos libremente acordados entre adultos, como serían los laborales o los de comercio de sustancias que sólo afectan a sus consumidores.

Defensa de la paz. Las democracias liberales procuran el mantenimiento de la paz dentro y fuera de sus fronteras y sólo emplean la violencia para defender a sus ciudadanos de la violencia de enemigos interiores o exteriores.
David BOAZ

CONSERVADURISMO
En el contexto político, se denomina conservadurismo o conservatismo a aquellas opiniones y posicionamientos, generalmente de centro-derecha y derecha, que favorecen tradiciones1 y que son adversos a los cambios bruscos o radicales. En lo social, los conservadores defienden valores familiares y religiosos. Generalmente el conservadurismo se asocia al nacionalismo y el patriotismo. En lo económico, los conservadores históricamente se posicionaron como proteccionistas —en oposición al librecambismo económico—. Actualmente esta asociación es menos clara, ya que durante siglo XX algunos de los partidos conservadores adoptaron posiciones liberales al fusionarse con partidos de esta tendencia, aliados en la defensa del sistema socio-económico capitalista. Consecuentemente, en la actualidad en el conservadurismo político coexisten diversas posturas sobre lo económico
Así, dado que en general mientras algunos buscan mantener las condiciones presentes otros buscan volver a situaciones anteriores, existe una cierta confusión —incluso dentro de una misma cultura política— acerca de quiénes serían, en un momento dado, “conservadores». Martin Blinkhorn, por ejemplo, pregunta: “¿Quiénes son los conservadores en la Rusia de estos días? ¿Son los estalinistas irredentos o los reformadores que han aceptado las visiones políticas de derecha de los conservadores modernos, tal como Margaret Thatcher?».
Conversamente, se ha alegado que el “el conservadurismo modernos a menudo se disuelve en una forma de liberalismo”, encarando la paradoja que lo que es llamado conservadurismo, en un sentido importante, no es conservadurismo: “en su compromiso con el progreso, la derecha persigue prosperidad económica y poder nacional a desmedro de las preocupaciones tradicionales por autoridad y comunidad”, perdiendo de vista algunos puntos centrales de la visión conservadora: “autoridad, deber. un sentido de deber y lugar” , lo que lleva a pensar que “estos son tiempos de angustia para ser conservador” 2
En las palabras de Chris Patten -quien fue uno de los políticos conservadores mas importantes en el gobierno de Margaret Thatcher: Como deberíamos definir el papel del Estado sin asumir que el Estado mismo debe hacerlo todo? Como restauramos un argumento acerca de valores al debate político ... el cual usualmente es solo acerca de costos y beneficios utilitarios? Como re interesamos los ciudadanos jóvenes en la política, dado la forma que la presente generación de dirigentes ha desprestigiado lo que una ves fue una carrera honorable?
Por lo general, el conservadurismo no afecta a los avances tecnológicos y cienfíticos, salvo las facciones más extremistas
Ideales (en lo social) Preferencia por concepciones organicistas o naturalistas de la sociedad y los individuos, en las cuales la ley natural y el derecho natural juegan un papel central.
Concepción del ser humano como siendo fundamentalmente parte de una comunidad moral.
Preferencia a evitar los cambios abruptos y desordenados.
Valorización de la religión tanto como fuente de cohesión social como sirviendo una necesidad humana profunda.
Preferencia por el «orden» establecido, tanto social como jurídico, lo que se expresa en el Orden público.
Preferencia por las tradiciones como base estable de gobernabilidad.
Preferencia por el Nacionalismo
Desconfianza por teorías «metafísicas» de la sociedad.- Michael Oakeshott: “Un plan para resistir toda planificación puede ser mejor que lo opuesto, pero pertenece al mismo estilo de políticas” 
(en lo económico) Preferencia por la propiedad privada y la prudencia fiscal. Sin embargo, el conservadurismo no es, en general, adverso por principio al intervencionismo.[(generalmente para promover o defender la industria «nacional» o el desarrollo de actividades que se ven como esenciales para el bien o interés nacional. Ver, por ejemplo: Dirigismo y Estado Social)
El concepto de izquierda política se refiere a un segmento del espectro político que considera prioritario el progresismo y la consecución de la igualdad social por medio de los derechos colectivos (sociales) circunstancialmente denominados derechos civiles, frente a intereses netamente individuales (privados) y a una visión tradicional de la sociedad, representados por la derecha política. En general, tiende a defender una sociedad aconfesional o laica, progresista, igualitaria e intercultural. En función del equilibrio entre todos estos factores, la izquierda política se divide en multitud de ramas ideológicas.
En Occidente y en particular en aquellos países en donde el sistema político puede considerarse una democracia liberal, normalmente tanto la izquierda como la derecha son versiones liberales y democráticas, en la medida en que no propugnan ningún tipo de totalitarismo.

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